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NO HAY QUE CONVERTIR AL MAG EN EL IMAS DEL AGRO. Opinión. Por Yorleni León Marchena.

NO HAY QUE CONVERTIR AL MAG EN EL IMAS DEL AGRO.

Opinión. Por Yorleni León Marchena.

 

Hay múltiples iniciativas rondando en la Asamblea Legislativa para crear “fondos” de compensación para agricultores afectados por su dificultad para competir con la producción de afuera. La última que leí, es la de limitar la importación de papa y cebolla, para así asegurar que -aunque haya escasez- nuestros agricultores sólo compitan entre ellos.

 

Me preocupa la inspiración de fondo que hay en estas ideas: el asistencialismo. Aprobarlas, es renunciar -como país- a sincerarnos sobre nuestra capacidad productiva. Es mutilar los incentivos para mejorar la eficiencia de nuestras siembras.

 

Nuestros agricultores no ocupan -¡y no quieren!- subsidios. Parafraseando a don Pepe, es por “autoestima nacional” que debemos volver a la tierra, pero teniendo discusiones sobre los problemas de fondo del desarrollo agrícola. Planteo algunas preguntas que podrían servir para legislar con vocación productiva:

 

– ¿Cómo subimos los rendimientos por hectárea de frijol, arroz, papa, cebolla para ser capaces de competir por mérito y no por protecciones comerciales? ¿Nuestros rendimientos por hectárea -comparados con el resto de Centroamérica- se justifican?

– ¿Los múltiples centros de investigación agrícola están produciendo las variedades de semilla que ocupan nuestros productores o siguen buscando la semilla de la papaya azul?

– ¿Qué se necesita del Estado para que los insumos agrícolas comercializados en el mercado privado no hagan ruinoso sembrar?

– ¿Las herramientas de incidencia en la comercialización que tiene el Estado (CENADA/PAI) están sirviendo para evitar fluctuaciones especulativas de precio que solo benefician a los intermediarios?

– ¿Está logrando el SENARA desarrollar los sistemas de riego y avenamiento que ocupan nuestros agricultores para hacer más resilientes sus cultivos? (Esa tarea está en su ley desde 1983…)

– ¿La planificación del desarrollo está logrando ver en su conjunto las hectáreas cultivables con que cuenta el país, para apostar por metas anuales de producción nacionales?

– ¿La apuesta por crear entes públicos no estatales como ICAFE, CORBANA, CONARROZ, LAICA, etc; está tributando lo suficiente a las grandes metas del desarrollo agropecuario y productivo?

– ¿Las múltiples opciones de crédito para el desarrollo que se han creado por ley, están llegando a los productores pequeños y sirviendo para mejorar su eficiencia productiva? ¿Son solo financiamientos desconectados de la política productiva?

– En un contexto de apertura comercial, intensa competitividad, ¿están vigentes las premisas de la Ley FODEA, o deberíamos tener una nueva sombrilla legal que se ajuste a las nuevas realidades?

 

No señores Diputados, no convirtamos al MAG en el IMAS del agro. Nuestro país puede -y debe- producir con niveles de eficiencia y calidad suficientes para abastecer el mercado nacional. Superar el subdesarrollo solo será posible conquistando tasas de producción superiores. Tengan certeza: ningún subsidio -creado o no por ley- aumentará la producción nacional y mejorará nuestra competitividad agrícola. Por ahí no es.

 

Yorleny León Marchena

Ministra de Desarrollo Humano e Inclusión Social

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